La última milla supone todo un reto para el sector logístico, existen factores externos que afectan seriamente la operación.

El crecimiento acelerado de las grandes ciudades en todo el mundo ha significado un reto en términos logísticos, sobre todo para suplir la demanda de cientos de habitantes que realizan transacciones online de diferentes productos y servicios. Teniendo en cuenta dicho panorama, veamos ciertos factores que influyen en el rendimiento de la logística urbana.

También conocida como Logística de Última Milla o Last Mile y definida como la gestión de transporte de paquetería en áreas urbanas, centrada en entregas a clientes finales, es “El último paso” de toda la cadena de suministro, uno de los más importantes por la experiencia de servicio al cliente final, que redunda en clientes fidelizados o en clientes que eligen comprar a otro proveedor.  

Paradójicamente, este es uno de los componentes más complejos para las empresas generadoras de carga ¿Por qué? Porque supone costos elevados e ineficiencias que pueden presentarse en la cadena logística, gran despliegue y esfuerzo, sin olvidar los factores externos que afectan la operación.

Dentro de esos inconvenientes externos tenemos la congestión vial, la pérdida de tiempo en rutas no optimizadas, la disponibilidad de conductores y vehículos, la ausencia del cliente al momento de realizar la entrega, entre otros, que si bien, pueden presentarse, también es posible controlarlos o disminuir su impacto. A continuación enumeramos algunos aspectos que contribuyen favorablemente a la eficiencia de los procesos logísticos de última milla:

1. Uso de tecnologías móviles integradas a la cadena de suministro.
2. Gestión de vehículos y planificación de rutas por medio de la optimización.
3. Control, seguimiento de la mercancía y posibilidad de tracking al cliente final.
4. Medición de los procesos, incluyendo la calificación de la experiencia de servicio.

En resumen, la optimización a través de la tecnología es la clave dentro de la logística urbana, pues supone ahorro, medición, control y alcance de objetivos. Recuerda que un mal servicio en la última milla supone costos extra y la posible pérdida del cliente.

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